sábado, 21 de julio de 2012

It's the economy, stupid!: Cómo salir de la crisis.


Hace tiempo publiqué un artículo sobre las Comunidades Autónomas. En el venía a criticar el despilfarro que suponía este sistema. Casi dos años después se ha demostrado que las autonomías están acabando con el bienestar de nuestro país. Un ejemplo es lo que ayer sucedió con Valencia, su situación de quiebra técnica ha elevado la prima de riesgo hasta los 610 puntos.

Personalmente siento una profunda impotencia cuando observo la errada política económica que nuestro Gobierno esta implementando.

It's the economy, stupid! fue uno de los pilares de la campaña electoral de Bill Clinton durante su primera campaña y fue la clave de su elección. Rajoy no debería olvidar que ha sido elegido gracias a su It's the economy, stupid! particular y como político liberal debería implementar medidas liberales (pues es lo que la ciudadanía espera).

Primera idea: El Gobierno se equivoca.

Las últimas medidas (recortes) tomadas por el gobierno son erróneos desde varios puntos de vista. La reducción de déficit es imprescindible pero no ha de hacerse vía ingresos, sino vía gastos. El ajuste vía ingresos, en primer, es incierto ya que es imposible prever los ingresos que tendrá el Estado. Pero es que, además, los cálculos se han realizado ceteribus paribus sin tener en cuenta que subir los impuestos disminuye el consumo e incrementa la economía sumergida.

Por lo tanto la única vía efectiva para atacar el déficit debe ser la reducción de gasto. Dicho esto continuamos con las medidas más adecuadas para nuestra economía.

El problema: Europa esta imponiendo su política.


Segunda idea: Hacia un pseudo-anarcocapitalismo.



La forma de reducir gasto es la reducción del Estado. Esto lo estamos viendo a nivel central pero las Autonomías siguen sobredimensionadas. Lo más conveniente sería utilizar Leyes de Armonización y devolver poder al Gobierno Central. El gasto más importante en España lo tienen las CCAA y es evidente que, si no se aprietan el cinturón, todo apunta a un rescate de España (con las negativas consecuencias para los ciudadanos que esto tendría). Todo pasaría por una intervención del Estado para reducir drásticamente el gasto autonómico mediante la supresión de cargos políticos (parlamentarios autonómicos, consejeros, etc.) o empresas públicas.


El problema: España tiene 500.000 cargos políticos (en proporción cuatro veces más que en Alemania) que generan enormes beneficios a los partidos políticos, la supresión de cargos podría acabar con el sistema partitocrático (a esto añadir la cantidad de gente "enchufada" que nunca ha tenido oficio ni beneficio e iría directa al paro).

Tercera idea: Los impuestos deben bajar.

Los ciudadanos están ahogados por los impuestos que están llegando a cotas confiscatorias. El hecho de que los impuestos sean bajos implicaría además mayor recaudación ya que, por un lado, se reduciría la economía sumergida y, por otro, se incentivaría el trabajo (si me cobran unos impuestos del 70% trabajo menos porque tiendo a trabajar para mí, no para los demás). Para apoyar esta tesis me remito a la teoría de Arthur Laffer (esta teoría quedó demostrada durante el gobierno Reagan). La siguiente curva representa la relación entre los ingresos y el nivel de impuestos.


File:Krzywa Laffera.svg

La curva describe que la recaudación es máxima (Tmax) cuando los impuestos alcanzan un nivel t*, es evidente que actualmente los impuestos, en España, son excesivamente altos (el tipo se aproxima a t3) por lo tanto el Estado va a recaudar menos (T1) y las empresas van a estar mucho más ahogadas. Además los políticos son menos eficientes a las hora de redirigir los recursos que los propios individuos (como por ejemplo dilapidando dinero público construyendo aeropuertos) por lo que es conveniente que el dinero esté en el bolsillo de los ciudadanos que son mucho más eficientes/racionales redirigiendo recursos. 

El problema: Europa nos obliga a subir impuestos y el Gobierno no quiere tocar el gasto.

Cuarta idea: Confiar en el sector privado, reducir el público.

En esta crisis a más proximidad a la gestión política peor ha sido la gestión económica. Por esto es conveniente privatizar todas las empresas estatales viables y eliminar las inviables. Esto, en primer lugar, daría liquidez al Estado debido a las OPV, por otro lado, se dejaría de soportar las pérdidas que la mayor parte de empresas públicas tienen. A largo plazo se conseguirían servicios más eficientes y se recaudaría vía impuestos.

El problemalas Autonomías son propietarias de las mayor parte de empresas públicas. De las 600 empresas públicas que el Gobierno exigía a las Autonomías liquidar, se liquidaron un total de 2 empresas. Existe una gran cantidad de gente "enchufada" que está colocada en las empresas públicas.

Quinta idea: Racionalización del Estado del Bienestar.

A pesar de ser altamente criticado el copago en sanidad parece necesario. Estoy convencido que los ciudadanos entenderían un copago si este fuese racional. Podría copiarse, por ejemplo, el modelo italiano para el copago en urgencias. En primer lugar hay un proceso de trillaje en el que se dividen los pacientes en cuatro colores en base a la gravedad. El copago va desde un pago del 100% de la atención médica si no era una urgencia grave, hasta la gratuidad si la urgencia era grave. Esto racionalizaría el uso de las urgencias reduciendo gasto y aportando ingresos.

Por otro lado el ajuste del gasto en los empleados públicos debe ser vía cantidades y no vía precios. Al respecto un artículo muy bueno de Valentín Bote, profesor del IE, explica el porqué.

Problema: Presión social.

Sexta idea: Intervención de Europa.

El BCE debería actuar para relajar la situación de la deuda. Sin la política monetaria adecuada la prima no puede caer. Medidas como la compra de deuda o una bajada aún mayor de los tipos serían adecuadas.

Problema: El BCE tiene una política de no intervención, además el poder de Alemania impide su actuación ya que los alemanes son poco dados a la política monetaria expansiva.

Como se puede ver el problema es que las soluciones entran en esferas ajenas a la actuación del Gobierno: La reducción del gasto pasa principalmente por las Autonomías; la política monetaria por Europa. El Gobierno sólo puede hacer uso de la política fiscal y lo está haciendo de forma poco adecuada. A pesar de ello somos un país de gente emprendedora y trabajadora, sólo necesitamos un pequeño empujón por parte de la política nacional y supranacional para salir de esta. La pregunta es ¿Cuando se decidirán los políticos a tomar medidas contundentes?

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